miércoles, 3 de abril de 2013

Nuestro amigo David Prieto Martín , fliscorno de la banda nos ha hecho llegar este relato de sus experiencias en esta Semana Santa y en general desde que entro a formar parte de esta gran familia , es un texto que relata exactamente los sentimientos que todos hemos vivido en este tiempo de retorno , gracias David por expresar en un texto lo que todos sentimos por dentro , aquí os lo dejo. 




Ya, con una Zamora vacía, ya con una ciudad que retoma el pulso habitual de su vida simple, ya con el bullicio pasado de su Santa Semana coronado por las salvas del Resucitado en la plaza Mayor; los sentimientos se agolpan en mi corazón y, posiblemente en mi alma.

Esta ha sido una Semana Santa diferente. Mi Cuaresma ha durado 7 meses.

Allá por primeros de septiembre acudía al primer ensayo de la Banda de Cornetas y Tambores Santísimo Cristo del Perdón, invitado por un buen amigo. No sé por qué, pero en ese primer ensayo ya me sentí arropado por un grupo de desconocidos.

En mi vida había tocado un instrumento de metal, pero siempre me había impactado el sonido potente de la trompeta. Recuerdo que me dejaron una, vieja, picada y con un tercer pistón que se atascaba. Con este instrumento, deficitario y falto de belleza, aprendí a emitir las primeras notas, broncas y duras. Pero poco a poco, con trabajo en los ensayos y con dolores de cabeza en casa, conseguí que el sonido fuera fluyendo, cada vez más dulce.

Una vez que aprendí lo fundamental del manejo de la trompeta, y debido a las condiciones poco propicias que tenía la mía, me cambiaron de instrumento. Al principio me mostré reacio; pues me dieron un fliscorno, pero al paso del tiempo, le cogí hasta cariño. Tenía un sonido más redondo y grave que la trompeta, y sentía que iba más acorde conmigo.

Recuerdo también, el primer día que me puse el uniforme. Distinguido e impoluto. Al mirarme en el espejo sentí un cosquilleo en el estómago.

Y por fin llegó el ansiado momento del estreno en nuestra casa, en la Semana Santa de Zamora.

 Porque todos los miembros de la banda somos zamoranos y vivimos la Pasión como cualquier zamorano. Qué mejor día de estreno que el Domingo de Ramos.

Limpiar y abrillantar el fliscorno, ponerme el uniforme, colocar las galas, pasar el ceñidor, calzar los zapatos y abrochar la guerrera; y por último la gorra. Atril, boquilla y partituras.

El día del estreno fue especial. Aunque no pudiésemos acompañar a la Borriquita por las calles de Zamora debido a la lluvia, nunca, en los casi 33 años que tengo, había vivido un Domingo de Ramos semejante; con tantísimas emociones: ilusión, decepción, tristeza, orgullo… AGRADECIMIENTO.

Posiblemente sea esto último lo que más me motiva de tocar, vivir y sentir con la Banda de “los del Perdón”. He conocido personas maravillosas, con una ilusión por contribuir a una causa común que no he visto en ninguna de las agrupaciones de gente en las que he estado. Con una capacidad de autocrítica asombrosa y unas ganas inmensas de mejorar día a día. Si bien es cierto que también hay problemas (no podía ser de otro modo cuando participas con más de 60 personas), problemas a los que se intenta buscar solución.

GRACIAS, “hermanos” de la familia del Cristo del Perdón, por todos los buenos ratos que he pasado, y espero seguir pasando junto a vosotros. Seamos conscientes de que por lo que luchamos y con lo que disfrutamos es con la música de Pasión; junto a otras personas.


GRACIAS por hacerme sentir uno más. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario